domingo, 7 de junio de 2009

Será el FEMINISMO que provocó un retroceso de la felicidad en la mujer posmoderna...?

Con la independización de la mujer de ama de casa se inició un largo y sinuoso camino por el afán de tenerlo todo en la vida moderna y que el consumismo generalizado exigía, y sentirse las mujeres sobrepasadas por las exigencias dentro y fuera del hogar.
Muchas mujeres con el afán de liberarse buscaron la sensación de bienestar en el trabajo externo para dar una mayor satisfacción a sus vidas, sin embargo los progresos de nivel social mejoraron pero no acompañaron la exigencia de su desempeño que se les exigió con la independización al pagar otro costo; la soledad y la desproteción.
Después de luchar 40 años por la igualdad de derechos, las mujeres no son más felices, dado que en muchos países europeos y los EEUU, una encuesta de Investigación Económica revela que se han vuelto más infelices en comparación a los hombres a pesar de tener más oportunidades que antes, y ahora sufren las consecuencias de una nueva sociedad, envidian la falta de protección de sus antecesoras ocupadas con sus hijos y tenían tiempo para sí mismas. Ésto no significa que las decisiones tomadas sean las correctas o preguntarse si deberían haber hecho otra cosa.
En el posmodernismo donde reina la incertidumbre, la felicidad tiene valoración subjetiva que depende del contexto y las circunstancias individuales y que también varía con el tiempo.
En 12 países europeos la felicidad femenina disminuyó con relación a la de los hombres y en el resto de Europa aumentó levemente, pero menos en las mujeres que en los hombres según, las investigaciones realizadas por el profesor de economía Andrew Oswald de la Universidad de Warwick, al ser comparadas con la era de posguerra, donde los sondeos indican que las mujeres eran más felices que los hombres cuando atendían a sus hogares.
Pero el progreso en las mujeres de la última década consiguió cambiar al disminuir la brecha discriminatoria del género, aumentar sus logros educativos, que en algunos casos sobrepasan a los hombres, ganaron un control sobre la fertilidad con los cambios tecnológicos con nuevos electrodomésticos que liberaron de su monótono trabajo de rutina doméstica.
Stevenson y Walfers describieron a las mujeres en su libro de la Universidad de Pennsilvania que la felicidad tenía disminuído en los EE.UU con respecto a lo de los hombres, comparado con la década del 70 donde eran más felices.
Los sociólogos por su parte opinan de una solución más simple que llaman "de segundo turno", al conseguir empleo mejor remunerado las mejoras sociales eran mejores pero la carga doméstica se había incrementado. Así el trabajar afuera y volver para atender el hogar era cumplir un segundo turno, estaba en desmedro de su dicha.
Las encuestas revelan que las horas trabajadas afuera más las del trabajo doméstico, han conseguido disminuir tanto en hombres y mujeres de forma general, pero aumentó el caso de los hombres que trabajan más horas en producción doméstica, así las mujeres no pueden alegar estar sobrecargadas o sufrir una desigualdad de responsabilidad.
Las diferencias de salario entre hombres y mujeres aunque sea menor seguirá siendo el motivo de agravio, para muchas un conflicto. La teoría que predomina es que las mujeres al ser complejas en sus resoluciones con respecto a los hombres deben conservar más su equilibrio emocional para no terminar en stress obsesivo por múltiples tareas para que no remedie nada.
Así los críticos del feminismo dicen que la complejidad no es problema, en cambio al estar relacionado con la "igualdad" que se había imaginado con el hombre, no es tan maravillosa.
Neil Lyndon escritor y autor de "Basta de las guerras de los sexos" sostiene que las feministas siempre fueron ciegas con las tensiones en la vida masculina y están resueltas a repetir que las mujeres están en posición desigual y desventaja para resolver las desigualdades con los hombres, porque se colocan en posición imposible y es dificil remediar hasta no encontrar una igualdad en dejar de ir a trabajar en el mismo horario.
Siobhan Freegar que tiene un sitio web, http://www.netmums.com/ descubrió la medición propia de la decadencia de la felicidad femenina, al considerar que el posparto emocional o depresivo provocaba la inestabilidad que fué aumentando en los últimos 20 años por causa del derrumbe de vida comunitaria o familiar. Entonces la sugerencia de Freegar es formar grupos, o redes, hablar con gente mayor, con sus proveedores, llamar por teléfono con quién no hayan hablado desde hace tiempo, y así consiguió evaluar un nivel de felicidad de las participantes de antes y después del programa, donde encontró que un 16% eran más felices.
Se lucha tanto por los derechos igualitarios al trabajo, status y alternativas, pero lo que muchas madres dicen es que no tengo otra alternativa que trabajar, no me gusta lo que estoy haciendo, mi niñera se lleva la mitad de mi salario y entonces preferiría ocuparme personalmente de mis hijos, y no puedo hacerlo.
Así al final descubrimos que conseguir tenerlo todo tiene un precio diferenciado por lo ocupacional de como imaginamos en un principio, después la realidad nos mostró que no es exactamente lo que queríamos en un comienzo.