viernes, 5 de abril de 2019

4 x 4 Bienvenido a bordo ...del juego de las ironías

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Con Ciro Peter Lanzani, el Dr Enrique Ferreri. Dady Brieva y Luis Brandoni como Julio Amadeo.

Una lujosa 4x4 está estacionada en la vereda en un barrio porteño de tantos en Buenos Aires. Un jóvén ladrón entra en ella para robar. Pero cuando quiere salir, está bloqueada las puertas, los vidrios y la 4x4 es un bunker blindado. La situación claustrofóbica es desesperante al encontrarse encerrado. Alguien desde afuera tiene el control de la situación y del vehículo  que parece tener un plan preconcebido ...
               

..desarrollada como un thriller como un juego con algunas ironías por Mariano Cohn coguionado junto a Gastón Duprat, cuenta como el ladrón Ciro (Peter Lanzani) entra al auto al violar la puerta digital (mediante la presión de aire de una pelotita de tenis en su primera ironía de la producción), para quedar atrapado en un búnker blindado é incomunicado con el exterior, quedando a voluntad de su dueño predador que así se llama el auto, un obstetra Dr. Enrique (Dady Brieva) el  que controla a su gusto el auto desde afuera.



El personaje se expone a una situación límite donde la angustia crece y es traspasada al espectador que durante la primera hora permanece clavado por su tensión claustrofóbica y desespero hasta recibir el contacto del dueño que lo recibe con la bienvenida irónica del predador Dr. Enrique que tomará venganza por sufrir los 28 robos consecutivos con preguntas algo irónicas y respuestas inciertas para entrar al juego psicológico, deberían ser más punzantes para conseguir mantener la densidad de la trama, aquí el planteo es endeble y comienza a decaer. EL planteo de la inseguridad aunque controlada por cámaras no resuelve la realidad social.


La historia después dá un vuelco con el exterior donde baja la tensión para replantear la inseguridad, pobreza y delincuencia como aspectos controvertidos en una sociedad desquiciada en que la injusticia se contrapone con la inseguridad, del sálvese quién pueda y en consecuencia la estigmatización del delincuente física y mental, que le hace tomar conciencia de la descomposición social en que vive con su familia.


Ésta tensión opresiva de un solitario enjaulado, aislado e insonorizado del exterior, escucha las indicaciones de su predador que retacea sus necesidades sistemáticas agobiantes de su presa, lo condiciona según su necesidad con la refrigeración o calefacción a modo de atormentar al ladrón su cuerpo casi inerte.   


En su huida casi exhausta cuándo recibe la visita de médico por única vez allí se replantea cierta endeblez y la trama comienza a decaer en lo sensiblero y sentimental, que es la vuelta de tuerca que juega la ironía del negociador (Luis Brandoni) al desdibujar su personaje con pasmosa humildad. Sin embargo el médico cierra un final dramático al plantear frente al caso límite expuesto como la última vuelta de tuerca que falta ajustar, para que la todo terreno 4 x 4 no desbarranque en ése juego malvado de ironías fílmico escalofriante, al revertir la insuperable puerta giratoria de los chorros de la injusticia en suicidio por mano propia como alegato contrario.




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