viernes, 5 de diciembre de 2008

MADONNA: emociona a sus fans con recital espectacular multimediático en la noche de Buenos Aires

Con un despliegue escenográfico en 83 m de largo x 42 m y una pasarela en forma de lengua preparada con sentido erótico en el estadio Monumental de River ante 66.000 personas, con alguna demora abrió con alarma de reloj con su tick... tack ..., su espectacular show al sonar en su cabeza neurótica narcisista "Sticky and Sweet" la presentación "dulce y pegajosa" de Madonna con un staff de 220 personas y 18 bailarines que acompañaron su apertura en escena, 20 músicos y10 cambios de vestuario que hizo la diva del Pop, iluminada por 25 reflectores para lucir más alucinante al incluir efectos de láser y 3 pantallas de proyección de alta definición que sorprendió al público para hacer una noche mágica, junto a las 2 "M" gigantes rellenas con diamantes a sus laterales del escenario que cambiaban de color a lo largo del show.
Vestida de negro con botas altas comenzó su show con "Candy Shop" para luego continuar con "Beat Goes On " sobre un automóvil que se paseaba sobre la pasarela que de a poco fué cambiando por una galera blanca para comenzar a contornearse en ágiles movimientos en "Human Nature" sobre el lateral del escenario, con un show que basa sus coreografías en el gym erótico que no dejó respiro a sus fanáticos en la platea Vip del campo colmada. Los suspiros de asombro por la edad que no viene sola tiene su punto alto en la elasticidad y estilística corporal junto al intro de la panatalla de un laberinto psicodélico al ver una mujer provocar envidia por su ejemplar anorexia tardía con close up de piernas y brazos, son una lección de anatomía. Al comienzo del show echada en un trono con piernas abiertas supone para los cánones machistas, que la diva es una pura subversión erótica.
Paul Ooakenfold responsable de la música que movió ésta parafernalia de show, al adelantar en la demora temas musicales como "Transpotting", Born Slippy y Sweet Dreams que catarquizaron a los fans. No faltó el encanto latino con músicos gitanos en "Isla Bonita" y en "Like a Virgin" fué cantado a capela y si alguna vez demostró que su femeneidad era hacer cuernos con sus dedos o acto de masturbación o tomando la guitarra como símbolo fálico, ahora lo desmistifica en pose machista de rockero para desacrelizarlo.
La onda posmodernista fué con "Give it 2 Me" al hacer referencia a Keith Haring el artista graffiti neoyorquino que falleció de Sida. Pero el clímax de emoción lo alcanzó con "No llores por mí Argentina", tema de la ópera rock "Evita", de Rice y Webber, que interpretó en el cine bajo la dirección de Alan Parker y aquí revivió en pantalla gigante al mostrar la imágen de Evita con una bandera argentina.
Al apelar a la humildad se torna entrañable con su final al dejar elegir entre el público un hit para su despedida que canta a capela y al quedarnos solos y enternecidos con su vocecita, termina sorprendiendo con un título en pantalla que se lee Game is over...
No faltaron además salto de soga y otras atracciones que ponen agilidad al ritmo del espectáculo con un marco sonoro vibrante y que aquí servirá para grabar los DVD que saldrán a la venta de la Reina del Pop para dejar su marcada presencia en Buenos Aires de sus cuatro funciones que se calcula asistirán 240.000 personas y que ya lleva una recaudación cerca de U$S 91 millones desde su comienzo en EEUU y Canadá.
e1000

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