miércoles, 15 de febrero de 2012

"El Artista", tributo al amor


Con la entrega de los premios BAFTA del cine británico a cargo de la Academia Británica de Artes Cinematográficas dieron por ganador con 7 premios al film "El Artista" de francés Michel Hazanavicius como mejor director, a la mejor película y mejor actor.
El film además cuenta con 10 nominaciones al Oscar, al traer una bella y emotiva historia de cine dentro del cine que además invita a reflexionar sobre
un momento clave de la historia del séptimo arte, nada menos que la crisis y el cambio de paradigma que significó la llegada del sonido a un mundo dominado hasta ése momento por el silencio.
Cuenta el pastiche tan sabiamente armado, un irresistible encanto, magnífica música y un elenco que es todo un festival de sutilezas con una bella y emotiva historia de la decáda del 30. Muda en blanco y negro, la película del francés Michel Hazavicious está protagonizada por Jean Dujardin y por la argentina Bérenice Bejo, esposa del director, hija del cineasta argentino Miguel Bejo, que nació en Buenos Aires, Bérenice creció y se formó en Francia y está nominada al Oscar a la Mejor Actriz de Reparto por su brillante actuación.
Se trata de una historia de amor y aventuras en tiempos del cine mudo en los que Hollywood todavía era Hollywoodland, y encumbraba a los artistas por su carisma y popularidad de galanes seductores y las mismas heroínas ingenuas, sin más diálogos que los que caben en los intertítulos y los actores tenían el poder de influir en decisiones artísticas por su "fisic du roll" que casi todos dominaban por la gestualidad y la destreza física con algo de Fairbanks, de Valentino y de Gene Kelly en el baile de sus film más memorables, "El ocaso de una estrella, Nace una estrella y Cantando bajo la lluvia"
.
Así Ocurrió con actores-directores de la época muda de los pioneros tales como Charles Chaplin o Buster Keaton y Agapito, en el cine de 1928, pero el actor George Valentin (interpretado muy bien por Dujardin) pasa al plano de gran estrella, admirado y celebrado por el público y la crítica en Variety.
“El artista” comienza en 1927, cuando Valentin está en la cresta de la ola de su popularidad, aparece en tapas de todas las revistas, es requerido por todos los directores y protagoniza una serie de filmes mudos de espías de un tal Otto Wagman, en clara alusión a los cineastas europeos exiliados que, como Friedrich Murnau o Fritz Lang, aportaron al crecimiento de la industria de cine estadounidense.
Carismático, elegante de bigote fino, simpático, orgulloso, egocéntrico y absolutamente consciente de su éxito, Valentin se cruza accidentalmente con la joven Peppy Miller (Bejo), una bailarina ignota muy talentosa y desinhibida, que gana un protagonismo inusitado al aparecer junto a él en la foto de tapa en Variety, una importante revista demostrando el poder que los medios tenían para determinar el ascenso o la caída de un artista.
En una de las escenas del filme, ellos vuelven a cruzarse en un casting para bailarinas en los estudios Kinograph, donde Valentin es la máxima estrella, él la descubre como una gran actriz cuando ambos juegan y ensayan unos pasos de baile sin verse las caras, siguiendo únicamente el movimiento grácil de sus pies, separados por un lienzo con fondo de nubes de por medio.
Gracias a Valentin, que le abre las puertas del estudio, y le dibuja un lunar sobre su boca y le dice: “Si quieres ser una actriz, necesitas tener algo que las demás no tienen”, ella así irá escalando posiciones y pasará de una extra a convertirse en nueva estrella del cine sonoro, una diva admirada por los espectadores se impulsará hacia la fama.
En 1929, con la llegada del cine sonoro, Valentin se ríe de la novedad y se niega a participar de las películas sonoras porque está convencido de que no hace falta decir con palabras lo que las imágenes dicen por sí mismas.
El actor, ama a su perro más que a su propia esposa (es un animal fiel e inteligente que lo ayuda en las películas y lo salvará también en la vida real, cuando caiga en su desesperación), no consigue ver que está frente al comienzo de una nueva era y muere en su proyecto al invertir todos sus ahorros al escribir, producir, dirigir y protagonizar una película de aventuras muda, que con su pésima taquilla, anuncia su propio triste final.
Hazavicious somete a Valentin a una pesadilla, en la que -haciendo un uso narrativo del sonido- él se sorprende escuchando el ring de un teléfono, el ladrido de su perro o las risas de unas chicas, pero él no puede expresarse, no tiene voz y se queda completamente sólo en el estudio.
En el final de su propia película, Valentin se hunde en arenas movedizas mientras su amada y su perro lo observan sin poder rescatarlo reflejando su propia vida, porque la llegada del sonido lo lleva a perderlo todo, y quedar en la absoluta pobreza e ignominia, quizás por su terquedad o por ser coherente y fiel a no torcer sus sueños.
El film maneja inter títulos, cierres en iris, música y actuaciones al estilo de la época, Hazavicious logra recrear con justeza el universo del cine mudo y mostrar la revolución técnica que significó la aparición del sonido para el cine, además de describir -a través del drama del protagonista- las profundas transformaciones estéticas y humanas que produjo a partir de 1927, con el estreno sonoro de “El cantor de jazz”, de Alan Crosland.
Cabe destacar y agregar en ésta oportunidad la generosa cosecha de premios entregados en reconocimiento a la mejor mascota cinematográfica del año. En Los Angeles, un terrier de Jack Russell conocido como "Uggie" se llevó el Golden Collar al mejor perro del año por la actuación en la pantalla grande, derrotando nada menos que a Blackie, el imponente doberman de La invención de Hugo Cabret. Ya no hacen falta solo ladridos, sí en cambio, regocijantes movimientos para que el can se robe algunas de las escenas decisivas de la película.
Candidatas al Oscar son sendas películas que giran alrededor de los orígenes del cine, el estadounidense Martin Scorsese, con "La invención de Hugo Cabret", con una tecnología de vanguardia que hoy impone la maquinaria Hollywoodense en (3D) para ambientar en una ficticia París como tributo al inventor del cine entendido como fábrica de sueños mágicos de George Meliés.
El francés Michel Hazanavicius, en "El artista", recurre al blanco y negro como recreación de época y a la reminiscencia de las técnicas y modalidades de rodaje del cine mudo para ambientar un Hollywood en la cuál se vive la transición hacia el gran cambio sonoro y es ésa nostálgica diferencia que hoy asegura el mismo cambio al 3D para ser la ganadora del Oscar en 2012.

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