jueves, 20 de agosto de 2009

"La Ola"

La ola (Die Welle, Alemania/2009, color; hablada en alemán). Dirección: Dennis Gansel.
Con Juergen Vogel, Frederick Lau, Jennifer Ulrich, Christiane Paul. Guión: Gansel y Peter Thorwarth sobre el relato de William Ron Jones y el telefilm The Way, de Johnny Dawkins y Ron Birnman. Fotografía: Torsten Breuer. Música: Heiko Maile. Edición: Ueli Christen. Presentada por Impacto. 108 minutos. Sólo apta para mayores de 16 años. Opinión: buena

De un hecho real surge "La ola" como símbolo de un experimento que un profesor de Palo Alto, en California, hace 42 años cuando buscó examinar la naturaleza del totalitarismo proponiendo un juego de roles en una clase donde es profesor de sociología é instructor de vólebol acuático, su propuesta al convirtirse en un nacionalismo exhacerbado por la disciplina rígida termina en un régime totalitario, al imponerse como un líder carismático, atlético y autoritario, la ciega obediencia a las normas del grupo y códigos que terminaron por superarlo.
La ficción del alemán Dennis Gansel traslada la historia a su país sobre el libro de Todd Strasser/Morton Ruhe, que muchas escuelas germanas adoptaron como un clásico juvenil para demostrar que aun en una democracia sólida, subsiste el peligro de crear un nuevo fascismo.
Una juventud carente de ideales, desinteresada de lo político, xenófoba e individualista, falta de contención y de grupos de pertenencia solidario encuentra lugar propicio para ser fácilmente seducida por las convicciones que ofrece un régimen donde las disidencias se disuelven en la cohesión del grupo, los miedos se dominan, y los actos de violencia y vandalismo pueden ser legitimados en nombre de una causa.
Se consiguen fundamentar así otras condiciones que Gansel juzga determinantes: el malestar social, la frustración, los efectos del mundo globalizado, etc en una sociedad xenófoba.
Gansel apuesta al impacto más que al exámen o la reflexión, en su afán simplificador lo que busca es sembrar en cada uno la necesidad de mantenerse vigente a los propios principios de autoritarismo de un público juvenil, con una estética y un lenguaje propio de rock y vértigo en su alumnado. Y aunque narra con brío, acierta en varias observaciones y tiene el apoyo con un elenco impecable, donde en su film sobran la didáctica y discursos pero falta la elaboración dramática: los personajes-estereotipos sólo ilustran lo que Gansel quiere demostrar con un enardecimiento de voluntades cuando la psiquis se revierte de autoritarismo en demagogia descontrolada que lleva a una reflección sin salida.

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