

Consultado sobre la posible relación entre el cambio climático global y la nevada de ayer sobre el área metropolitana, Canziani rechazó toda vinculación. "La causa fue simplemente el invierno, nada más. El cambio climático no cambió las estaciones", sostuvo entre risas.
No faltó alguien que dijo: " Cuándo flota, es nieve y si no permanece en el piso es aguanieve" para diferenciarlo de un debate que la mayoría de los porteños discuten si es realmente nieve, aguanieve o neviza, un subgénero de lo más húmedo que tiene Buenos Aires por motivo caracterìstico.
No faltó alguien que dijo: " Cuándo flota, es nieve y si no permanece en el piso es aguanieve" para diferenciarlo de un debate que la mayoría de los porteños discuten si es realmente nieve, aguanieve o neviza, un subgénero de lo más húmedo que tiene Buenos Aires por motivo caracterìstico.

Para aquellos sorprendidos madrugadores porteños, por los diarios del 22 de junio de 1918 quedó grabado en su memoria aquél manto blanco de nieve de 10 cm como tapiz sobre las estatuas de los monumentos en plazas y edificios de la ciudad con el primer gobierno de Hipólito Yrigoyen, de críticas periodísticas que no movían en una línea del inescrutable rostro del líder radical que motivó ése evento ante el asombro de los curiosos sobre la media tarde de ése con nubarrones oscuros la nevada que cubrío durante 1 hora toda la ciudad y continuó toda la noche. La nevada había comenzado a media tarde de ese día, cuando el cielo se cubrió de nubarrones oscuros. En vez del temido granizo o de una lluvia torrencial, a las 15.30 empezaron a caer, sutiles primero, abrumadores después, los copos de nieve que cubrieron toda la ciudad. Una hora después, la nevada cesó. A las 20 comenzaría nuevamente, y seguiría toda la noche. Con el amanecer frío y soleado, los porteños ganaron la calle del manto blanco para jugar con la nieve haciendo muñecos que se iban diluyendo durante el resto del día, lo suficiente como para entrar en el historial de las estadísticas que que junto a otros eventos similares de menor importancia pasaron inadvertidos como ligeras neviscas que dieron un toque europeo que sus habitantes siempre han creido ver en ella. Para muchos turistas que también transitaban las calles céntricas de Buenos Aires a esa hora era una noche festivas y sentir mojarse con la pelusa de nieve tenía cierto encanto inusual que se deshacía al tocar el suelo, y una venezolana que paseaba por Florida no resistió la tentación de llamar a su familia en Caracas por el celular al grito de: ¡¡"estoy en Buenos Aires y está nevando"!!.
El día de la Independencia en el 2007 puso color blanco y frío con mucho entusiasmo popular para celebrar su 191º aniversario con desfile y bombos santiagueños que animaron a su paso la avenida de Mayo para finalizar con un caliente y apetitoso locro.
También la alegría generalizada de la nevada provocó su trágica contracara por las gélidas temperaturas con descesos a gente desprevenida en la calle al persistir en ella y para ello se formó una red solidaria de asistencia con abrigos y viandas de comida calientes.
e1000io
No hay comentarios:
Publicar un comentario