Es la historia de un escritor argentino que recibe el Premio Nobel de Literatura después de 40 años que se fue de su pueblo a Barcelona, allí triunfó escribiendo sobre su ciudad natal y sus personajes, y en la cúspide de su carrera, el intendente de su pueblo natal lo invita para nombrarlo ciudadano ilustre aceptando ir solo y a su llegada se desencadenan una serie de situaciones imprevistas de su figura y el pueblo.
"El ciudadano ilustre" (Argentina-España/2016). Dirección y fotografía: Mariano Cohn y Gastón Duprat. Elenco: Oscar Martínez, Dady Brieva, Andrea Frigerio, Nora Navas, Manuel Vicente, Julián Larquier, Belén Chavanne, Gustavo Garzón, Emma Rivera y Marcelo D’Andrea. Guión: Andrés Duprat. Música: Toni M. Mir. Edición: Jerónimo Carranza. Diseño de producción: María Eugenia Sueiro. Distribuidora: Buena Vista International. Duración: 118 minutos.
Contada en cinco capitulos;
Un tortuoso viaje lleno de imprevistos hasta llegar a Salas, donde su visita será homenajeada paseado en el camión de bomberos como poco menos que el enemigo público número uno, típico de los pagos pueblerinos, conocido como "pueblo chico, infierno grande".
En éste regreso del hijo pródigo poco triunfal se encontrará con un aspirante a escritor (Julián Larquier) que trabaja en la recepción del gris hotel en el que se hospeda, una joven atractiva groupie que no tardará en meterlo en problemas (Belén Chavanne); Antonio (Dady Brieva), su mejor amigo del colegio; y su ex novia Irene (Andrea Frigerio), ahora casada con Antonio.
Aparecen también el intendente del pueblo peronista (Manuel Vicente), el patotero Florencio Romero (Marcelo D’Andrea), que intentará desacreditarlo por todos los medios creándole situaciones vergonzantes. En la inauguración de una escultura artística sobre su persona le creará una sobre crisis existencial sobre el conformismo y el absurdo pueblerino, sobre la libertad del artista, y los peligros de revisionar su pasado, sobre el éxito y los ideales, sobre todo la mediocridad social y la (falsa) sofisticación del arte y su hipocresía.
El film gana con sus gags cuándo apuesta al humor más directo y popular, y pierde eficacia cuándo se pone “sofisticado” con ése aire de cierto cinismo que es usado como un golpe bajo de Brieva a la sensibilidad del espectador, donde se pasa de la risa a la indignación y a la preocupación.
Desde la autoral y actoral todo juega un rol impecable en una película de alto contenido social y psicológico recomendada doblemente para ver.
El film después de ser ovacionado en Venecia donde Oscar Martínez ganó la Copa Volpi al Mejor Actor. y para la 31°. edición de los Premios Goya celebrado en España, además de festivales de Valladolid, Marrakech, Busán, Montevideo, Varsovia, Río de Janeiro, Haiffa, Thessaloniki, Tokio, Goa y Dubai,
En la semana del estreno argentino fue vista por más de 116 mil personas, manteniéndose con una cantidad similar de espectadores durante las semanas siguientes, llegando a 650 mil espectadores debido a las excelentes críticas de los medios especializados, y sobre todo a la recomendación del público.
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